La Importancia de la Radiografía de Tórax
es una prueba diagnóstica que se utiliza muy frecuentemente en la consulta médica de rutina y también en situaciones de urgencia.
La radiografía de tórax es una prueba diagnóstica que se utiliza muy frecuentemente en la consulta médica de rutina y también en situaciones de urgencia. Consiste en la captación de una imagen del tórax gracias a la utilización de los rayos X, unas ondas electromagnéticas capaces de atravesar todo el cuerpo y llegar a un detector que mide su presencia en cada punto. De esta forma, los órganos más sólidos no dejan pasar los rayos X (los huesos, que tienen calcio) y los más livianos permiten su paso (los pulmones, llenos de aire).
La prueba es muy sencilla; además, gracias a ella se obtienen datos clínicos de gran importancia para emitir un diagnóstico y procurar un tratamiento correcto a la persona que lo necesite. La prueba no está libre de riesgos, ya que se utilizan rayos X, que son una fuente de ondas ionizantes capaces de mutar células y predisponer al cáncer. Sin embargo, el potencial cancerígeno de esta prueba es extremadamente bajo. De todas las pruebas radiológicas que se utilizan en medicina es la que menos radiación somete al paciente, y sus beneficios superan los riesgos teóricos.
Se realiza una radiografía de tórax cuando se quiere estudiar el interior del tórax por multitud de motivos. Algunas de las razones más frecuentes son estos problemas:
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Disnea: se llama así a la sensación de falta de aire o fatiga, que suele ser un síntoma de una insuficiencia respiratoria, en la que el oxígeno no llega a la sangre desde los pulmones.
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Dolor torácico: el dolor en el pecho es un signo de alarma de un infarto de corazón, y una radiografía nos permite descartar otras causas de dolor torácico.
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Traumatismo torácico: cuando una persona sufre un golpe en el tórax una radiografía puede ayudar a detectar fracturas en las costillas y descartar daño interno.
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Sospecha de neumonía: una persona con tos, flemas y fiebre tiene una alta probabilidad de padecer una neumonía. La radiografía es imprescindible para establecer el diagnóstico.
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Sospecha de cáncer de pulmón: es la primera prueba para llegar al diagnóstico del cáncer pulmonar. Sin embargo, la tomografía computarizada es la que consigue detectar con más exactitud el cáncer. Hay que recordar que la radiografía de tórax no es útil para utilizarla como prueba de detección precoz del cáncer de pulmón en personas sanas.
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Preparación para una operación: es una prueba imprescindible para pasar a quirófano, porque permite detectar posibles complicaciones que hayan pasado desapercibidas.
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Embarazo y lactancia: la radiografía de tórax está absolutamente contraindicada en estas situaciones. Si existe una mínima posibilidad de estar embarazada no debes someterte a esta prueba. Habitualmente el médico realiza una prueba de embarazo antes de realizarla. La lactancia no supone una contraindicación directa.